Muchas personas sienten gases, hinchazón o malestar después de comer pan, pasta o cereales, y piensan que el culpable es el gluten. Pero en muchos casos, el problema no es el gluten en sí, sino los fructanos, un tipo de fibra fermentable que también está presente en estos alimentos. Los fructanos son un tipo de FODMAP, un grupo de carbohidratos que pueden causar molestias digestivas cuando no se digieren bien.

¿La clave? La microbiota intestinal. Cuando las bacterias del intestino están desequilibradas, no pueden fermentar correctamente estos compuestos, lo que genera gases y malestar.

En lugar de eliminar por completo los alimentos con gluten —si no tienes celiaquía o intolerancia comprobada— es mejor trabajar en mejorar tu salud digestiva: consumir más fibra soluble, prebióticos y evitar el estrés. Una microbiota sana es como un buen equipo: sabe cómo manejar lo que comes sin causarte problemas.

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