En el Perú abundan distintas variedades de plátano, pero dos de las más consumidas son el plátano de seda y el plátano de la isla. Aunque ambos aportan energía y potasio, existen diferencias importantes. El plátano de seda es más pequeño, dulce y de pulpa blanda; se digiere rápido y su azúcar se absorbe con facilidad. El plátano de la isla, en cambio, es más grande, menos dulce y tiene una pulpa más firme y harinosa, lo que le otorga un mayor contenido de almidón y fibra.
Por esta razón, en la infancia suele recomendarse el plátano de la isla. Su menor dulzor y mayor aporte de almidón lo convierten en una fuente de energía sostenida y fácil de incluir en papillas o purés. Esta característica lo hace especialmente útil para mantener niveles de energía estables en los más pequeños.
Además, en procesos de diarrea se prefiere este tipo de plátano, ya que su textura más astringente ayuda a dar consistencia a las heces. En cambio, el plátano de seda, al ser más azucarado, puede favorecer la fermentación intestinal, lo que no es ideal en estos casos.
TE PUEDE INTERESAR:
Comer para vivir: ¿Qué es levadura nutricional?
Comer para vivir: ¿Es recomendable consumir alpiste?
Comer para vivir: ¿La betarraga baja la presión?