En el Perú, el Domingo de Resurrección se vive como un día de alegría familiar y celebración culinaria. Tras los días de recogimiento, ayuno o abstinencia, muchas regiones marcan este día con platos más abundantes y festivos.

En la sierra, especialmente en Arequipa, es común disfrutar del tradicional adobo dominical, un guiso de cerdo marinado con chicha de jora y ají panca. En la costa, regresan a la mesa platos como el seco de cordero, el arroz con pato o los tamales, que se habían evitado durante los días santos. En la selva, se preparan guisos de carne acompañados de plátano, yuca y ajíes nativos.

El desayuno familiar también se vuelve especial: pan fresco, quesos, café, frutas y postres regionales marcan el inicio del día. Que esta Semana Santa no solo renueve nuestras tradiciones, sino también nuestro corazón, guiándonos hacia una vida más consciente, compasiva y llena de fe.

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