Los oxalatos son compuestos naturales que se encuentran en muchos alimentos como las espinacas, acelgas, betarragas, cacao, nueces y té. Cuando consumimos estos alimentos, el oxalato puede unirse con el calcio en el cuerpo y formar cristales. Si hay un exceso de oxalato y poca ingesta de líquidos (por ejemplo, cuando no se toma suficiente agua), estos cristales pueden agruparse y formar cálculos en los riñones.
No todas las personas son sensibles a los oxalatos, pero quienes tienen antecedentes de cálculos renales, especialmente de oxalato de calcio, deben moderar su consumo. También se recomienda consumir alimentos ricos en calcio, como yogur o queso, junto con vegetales ricos en oxalato. Esto porque el calcio los “atrapa” en el intestino, evitando que pasen a la sangre y, posteriormente, a los riñones.
Beber suficiente agua, junto con una alimentación balanceada, es fundamental para prevenir la formación de cálculos. Ante cualquier duda, es importante consultar a un nutricionista o médico.
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