En la mujer, el cuerpo cambia con la edad, las hormonas, los embarazos y la menopausia, por eso es importante adaptar los hábitos en cada etapa.
Comer con equilibrio, priorizando alimentos naturales, fibra, proteínas y grasas saludables, ayuda a evitar el aumento de grasa abdominal y a conservar la masa muscular. Es mejor hacer cinco comidas moderadas al día que pasar muchas horas sin comer. Beber suficiente agua, dormir bien y manejar el estrés también influye en el peso.
La actividad física regular, incluyendo ejercicios de fuerza y cardio, es clave para el metabolismo y el bienestar emocional. Evitar dietas extremas o restrictivas es fundamental: lo ideal es un estilo de vida sostenible. Además, los chequeos médicos ayudan a detectar trastornos hormonales o metabólicos. Cuidar el peso es cuidar la energía, el ánimo y la salud a largo plazo.
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