Los aceites vegetales como soya, girasol y maíz son comunes en la cocina, pero su uso adecuado es esencial para la salud. Si bien pueden contener grasas insaturadas beneficiosas para el corazón y vitamina E, su resistencia al calor varía.
Esto significa que, al pasar su punto de humo, pueden transformarse y generar compuestos dañinos. Opciones como el aceite de oliva o de coco son más estables; sin embargo, el reúso constante o sobrecalentamiento puede ser dañino también.
Recuerda, es mejor almacenar el aceite en lugares oscuros y frescos para evitar su oxidación. Ten en cuenta que su uso excesivo aporta calorías extra a las preparaciones, favoreciendo el sobrepeso.
Es ideal variar los aceites, evitar frituras frecuentes y controlar las porciones para aprovechar sus beneficios sin riesgos. Finalmente, los beneficios del aceite de oliva se obtienen al consumirlo sin exponerlo al calor.
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