Las legumbres son un grupo de alimentos que incluyen lentejas, garbanzos, frijoles, pallares y arvejas. Son una fuente de proteína vegetal, fibra, hierro, magnesio y antioxidantes, lo que las convierte en un alimento clave para la nutrición y la salud.
Incluirlas en la dieta es fundamental porque ayudan a regular el azúcar en la sangre, mejorar la digestión y, por efecto de su fibra soluble, reducir el colesterol. Por lo general, son económicas, accesibles y sostenibles para el medio ambiente. Se recomienda consumirlas al menos tres veces por semana, aunque idealmente deberían estar presentes a diario.
Para aprovechar mejor sus nutrientes, lo ideal es remojarlas entre 8 y 12 horas antes de cocinarlas, lo que reduce los antinutrientes y mejora su digestión. Combinarlas con cereales, como arroz o quinua, potencia su perfil de aminoácidos, convirtiéndolas en una proteína completa.
TE PUEDE INTERESAR:
Comer para vivir: Prebióticos, un alimento esencial de tu microbiota
Comer para vivir: El mito del agua y la digestión