Encontrar una fruta que luce impecable por fuera, pero que al partirla tiene manchas internas, puede ser desconcertante. Estas manchas pueden deberse a varios factores, como golpes durante el transporte, almacenamiento inadecuado, maduración desigual o incluso enfermedades internas. Aunque no siempre indican un problema grave, pueden afectar la calidad y seguridad del alimento.
Las manchas internas suelen ser causadas por hongos o bacterias que ingresan a través de pequeñas fisuras en la piel. Si notas olores extraños o textura blanda alrededor de las manchas, es mejor no consumir la fruta, ya que podría haberse desarrollado microorganismos perjudiciales.
Además, el deterioro interno puede afectar el contenido vitamínico y la frescura. Para evitar esto, revisa cuidadosamente la fruta antes de comprarla y almacénala en condiciones adecuadas para mantenerla en buen estado.
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