Los gases intestinales son parte normal de la digestión y se producen por dos razones: tragamos aire al comer y la microbiota fermenta ciertos alimentos en el intestino grueso. En su mayoría, contienen dióxido de carbono, hidrógeno y metano. Sin embargo, su exceso puede ser molesto.
Para reducirlos, mastica bien, evita hablar mientras comes, modera el consumo de legumbres y coles, y cocina los alimentos adecuadamente, como remojar las legumbres antes de cocinarlas. Además, una caminata tras las comidas favorece su eliminación.
Los gases son normales si su frecuencia no supera las 20 veces al día, no causan dolor intenso, no son muy fétidos y no vienen acompañados de síntomas como diarrea, estreñimiento severo o pérdida de peso. Si las molestias persisten, podrían indicar intolerancias alimentarias o problemas digestivos, por lo que consultar con un especialista es clave para evitar complicaciones.
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