¿Sabías que tu cuerpo tiene un reloj interno que organiza todo lo que haces por dentro? Se llama reloj biológico y se encarga de marcar el ritmo del sueño, la digestión, las hormonas… ¡casi todo! Este reloj se guía por la luz del día y también por los horarios en los que comes. Por eso, comer a deshoras puede desajustarlo y hacer que te sientas cansado, con más hambre o con problemas para dormir.

Aquí entra el ayuno intermitente, una forma de alimentarse en la que comes solo durante ciertas horas del día, como en una ventana de 8 a 10 horas. Esto le da tiempo a tu cuerpo para descansar, usar mejor la energía y hasta regular el azúcar en sangre.

Va muy bien para personas con sobrepeso, prediabetes o hígado graso. Pero ¡ojo! No es para todos: no se recomienda en niños, embarazadas ni personas con trastornos de la alimentación. Siempre es mejor hacerlo con guía profesional.

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