Los cálculos en la vesícula, o biliares, son depósitos sólidos similares a piedras que se forman a partir de la bilis, un líquido digestivo producido por el hígado y almacenado en la vesícula. En muchos casos no causan síntomas, aunque cuando obstruyen el flujo de la bilis pueden provocar dolor abdominal intenso, náuseas o indigestión, especialmente después de comidas copiosas.

En cuanto a la alimentación, la clave está en reducir la carga sobre la vesícula. Por eso se recomienda evitar alimentos muy grasos y frituras, como embutidos, carnes con exceso de grasa, manteca, frituras, mayonesa y repostería rica en crema o mantequilla, ya que estimulan contracciones dolorosas. También conviene moderar el consumo de yema de huevo y salsas pesadas.

Por el contrario, una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras, como pollo sin piel, pescado o legumbres, favorece una digestión más ligera y protege la salud biliar.

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