Durante años se pensó que comer huevos, especialmente la yema, aumentaba el colesterol en sangre. Sin embargo, los estudios más recientes han demostrado que esto no es cierto para la mayoría de personas sanas.

Aunque la yema contiene colesterol (120 a 180 mg), el cuerpo regula su propia producción: cuando ingerimos colesterol a través de los alimentos, el hígado compensa fabricando menos, lo que evita un aumento significativo en la sangre.

Además, la yema también aporta lecitina y otros compuestos que ayudan a controlar su absorción. Solo un pequeño grupo de personas, llamados “hiperrespondedores”, podría ver un aumento leve en el colesterol total, pero sin alterar la relación entre el colesterol “bueno” (HDL) y el “malo” (LDL). Esta relación es lo que realmente importa para la salud del corazón.

Por eso, hoy se sabe que un huevo al día es seguro para la mayoría. El huevo, además, es una excelente fuente de proteína, colina y antioxidantes. Incluirlo en la dieta es saludable.

TE PUEDE INTERESAR:

Comer para vivir: Claves para una lactancia exitosa