La lactosa es el azúcar natural de la leche. Está presente en la leche de vaca, cabra y también en sus derivados (aunque en menor cantidad), como el yogur o el queso. Para digerirla, el cuerpo usa una enzima llamada lactasa. Pero algunas personas producen poca lactasa, y ahí viene el problema: gases, hinchazón, dolor de barriga… eso es la intolerancia a la lactosa.
¿Y si no eres intolerante pero decides dejarla igual? No pasa nada grave, pero podrías eliminar productos lácteos que te aportan proteínas, calcio y vitamina D sin una necesidad real. Además, muchos productos “sin lactosa” son más caros y no ofrecen un beneficio adicional si tu cuerpo la tolera bien.
Para concluir, no hace falta eliminar la lactosa si tu cuerpo la tolera bien. Confía en tus sensaciones y no sigas modas sin sentido. Si tienes preguntas, lo mejor es consultar a un especialista.
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