Los frutos secos son semillas o frutos que se consumen secos y sin agua en su interior. Son alimentos muy concentrados en nutrientes y energía, y los más conocidos son las nueces, almendras, pecanas, pistachos, avellanas, maní y castañas de cajú.
Cada uno tiene algo especial. Las nueces destacan por su contenido de omega-3, que beneficia al corazón y al cerebro. Las almendras son ricas en calcio y vitamina E, buena para la piel y los huesos. Los pistachos aportan proteínas y antioxidantes, las pecanas contienen grasas saludables que ayudan a reducir el colesterol, y el maní brinda proteína vegetal y magnesio.
Con un puñado al día, aproximadamente 30 g, se pueden aprovechar sus beneficios. Lo ideal es consumirlos sin sal, sin azúcar y sin freír. Se pueden agregar al yogur, avena, ensaladas o frutas, siendo una forma práctica y natural de cuidar el corazón y la energía.
Si los compras a granel, asegúrate de que no estén expuestos al aire, al polvo ni a insectos para conservar su frescura y propiedades.
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