Durante los primeros 6 meses de vida, el bebé solo necesita leche materna, ya que esta cubre completamente sus requerimientos de agua, energía y nutrientes. No es necesario ni recomendable ofrecer agua, infusiones ni caldos, incluso en climas calurosos.

Agregar otros líquidos puede ser riesgoso: diluyen los nutrientes de la leche, reducen el apetito del bebé y pueden causar desnutrición o desequilibrios de electrolitos. Además, el agua o las infusiones mal preparadas pueden introducir gérmenes, aumentando el riesgo de diarreas o infecciones. Algunas plantas en infusiones también pueden afectar el sistema digestivo o nervioso del bebé.

La leche materna contiene más de un 80 % de agua y se adapta a las necesidades del lactante. Si no se da pecho, la fórmula bien preparada también es suficiente. Evitar líquidos adicionales es clave para un crecimiento sano y seguro.

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