Los músculos no solo sirven para verse bien: ayudan a moverse, mantener el equilibrio, proteger los huesos y hasta regular el azúcar en la sangre. A partir de los 30 años empezamos a perder masa muscular si no la cuidamos, y eso puede acelerarse con la edad o el estrés.
Para mantenerlos activos, lo primero es moverse: caminar, subir escaleras, cargar peso o hacer ejercicios de fuerza unas dos o tres veces por semana. Pero igual de importante es lo que comes. Incluye en tu día proteínas de calidad como huevo, pescado, menestras, yogur o frutos secos. Distribuirlas en cada comida ayuda más que consumirlas todas en una sola.
No olvides sumar alimentos ricos en vitamina D, como champiñones; en calcio, como queso o yogur; y en magnesio, como el cacao. Todos ellos ayudan a músculos y huesos. Y lo más importante: no esperes a perder fuerza para empezar. ¡Cuida tus músculos todos los días!
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