Los jugos de fruta son útiles cuando se necesita una fuente rápida de energía o hidratación, como en deportistas o personas con bajo apetito que requieren un aporte calórico accesible. También pueden formar parte de un lonche si se preparan con fruta fresca y sin azúcar añadida.
Sin embargo, no se recomienda consumir jugos de fruta de forma habitual, especialmente en niños pequeños, personas con sobrepeso, diabetes o resistencia a la insulina. Al licuar la fruta, se pierde fibra y se libera el azúcar natural más rápidamente, lo que provoca picos de glucosa y menor sensación de saciedad.
Además, es fácil consumir el equivalente a varias frutas en pocos minutos, excediendo el aporte calórico esperado. Siempre que sea posible, la fruta entera es la mejor opción debido a su efecto saciante, su contenido de fibra y su impacto metabólico más favorable.
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