No todos los yogures son iguales. Un yogurt de calidad debe tener pocos ingredientes y todos reconocibles, como leche y cultivos vivos, por ejemplo Lactobacillus o Bifidobacterium. Estos microorganismos son los responsables de sus beneficios digestivos e inmunológicos.

Evitar ingredientes como jarabe de maíz, azúcar añadido, colorantes o sabores artificiales. Lo ideal es preferir yogures naturales o griegos sin azúcar y, si se desea endulzar, agregar fruta fresca o miel en casa.

Revisa también el contenido proteico. Un buen yogurt contiene al menos cinco gramos de proteína por porción y, si se busca una opción ligera, debe tener bajo contenido de grasa saturada.

Por último, ten en cuenta la fecha de vencimiento, ya que los cultivos vivos se mantienen activos únicamente durante la vida útil del producto. En resumen, menos ingredientes, más fermentos y sin azúcares añadidos son las claves para elegir un yogurt realmente saludable.

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