Las verduras de hoja, como la lechuga, espinaca o acelga, son ricas en fibra, folato y antioxidantes, pero se deterioran rápido si no se manipulan bien. Para conservarlas por más días, empieza el cuidado desde la compra: elige hojas frescas, sin manchas ni bordes oscuros.
Al llegar a casa, retira las hojas dañadas y lávalas con agua potable. Luego desinféctalas dejándolas 5 minutos en una mezcla de 1 litro de agua con una cucharadita de vinagre blanco o gotas de lejía apta para alimentos. re y sécalas bien, ya que el exceso de agua acelera su descomposición.
Guarda las hojas en un recipiente hermético o en una bolsa con papel absorbente. Así, la lechuga dura de 5 a 7 días, la espinaca de 3 a 5, y la albahaca de 2 a 3 días (la albahaca es mejor conservarla en un frasco con agua a temperatura ambiente, fuera de la nevera). Con este manejo, tus verduras se mantienen frescas y seguras por más tiempo.
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