Según consensos internacionales como la OMS y la American Heart Association, el consumo de azúcar añadida debe mantenerse al mínimo, tanto en niños como en adultos. En adultos, se recomienda no superar el 5 al 10% del total de calorías diarias, lo que equivale a unos 25 gramos o 6 cucharaditas al día. En niños, la recomendación es aún más estricta: menos de 25 gramos diarios, y evitar completamente en menores de 2 años.

El problema no está solo en el azúcar de mesa, sino en productos industrializados: cereales azucarados, yogures, refrescos, jugos envasados y snacks con azúcar que entran en este conteo. Un solo vaso de bebida azucarada puede cubrir o superar el límite diario recomendado.

Reducir el azúcar añadida ayuda a prevenir caries, sobrepeso, hígado graso y enfermedades metabólicas. Lo ideal es preferir alimentos frescos y revisar etiquetas para identificar azúcares ocultos bajo nombres como jarabe de maíz, fructosa o maltosa.

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