Cada 14 de abril celebramos el Día Mundial de la Tierra, una oportunidad para reflexionar sobre cómo nuestras decisiones diarias impactan el planeta. Una de ellas es la forma en que producimos, consumimos y desechamos los alimentos. ¿Sabías que un tercio de los alimentos del mundo se desperdicia? Esto no solo significa comida que no se aprovecha, sino también agua, suelo y energía que se pierden.

Aquí es donde entra la economía circular, un modelo que busca reducir residuos y aprovechar los recursos al máximo. En alimentación, esto se traduce en usar todo lo que ofrece un alimento: cáscaras que se convierten en harinas, semillas que se transforman en aceites o compost.

Elegir alimentos locales, de temporada y aprovecharlos al máximo es una forma simple y poderosa de cuidar la Tierra. Porque cada plato puede ser también un acto de respeto por el planeta.

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