La salud ósea no depende solo del calcio, también influyen la vitamina D, las proteínas y otros nutrientes como el magnesio, el fósforo, el potasio y la vitamina K. Para cubrirlos, se recomienda incluir a diario lácteos, sardinas, caballa o anchoveta, que aportan calcio y vitamina D; huevos y champiñones para vitamina D; quinua, menestras, pollo y pescado, que ofrecen proteína y fósforo; y palta, plátano y verduras verdes para potasio y magnesio.

Alimentos como brócoli, espinaca o palta aportan vitamina K, necesaria para mantener huesos fuertes. Mantener una alimentación variada y rica en nutrientes ayuda a prevenir la osteoporosis y a cuidar la salud ósea durante toda la vida.

Además de comer bien, es fundamental moverse todos los días. Caminar, subir escaleras o hacer ejercicios con pesas fortalece huesos y músculos. También se recomienda evitar fumar, moderar el consumo de alcohol y tomar sol unos minutos al día para activar la vitamina D, combinando así buena nutrición y actividad física para mantener los huesos sanos.

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