Es un vegetal cuyo consumo data hacia los 2000 a. C en el sudeste asiático. Migra con los árabes por el norte de África hacia España y luego hacia Sudamérica. La variedad más común es la de color morado, pero existen: blanca, púrpura, negra, amarilla y roja o de colores mezclados, sobre todo, con blanco, morado y verde.

La piel de la berenjena concentra fitoquímicos como el ácido cafeico, ácido clorogénico y nasunin a los que algunos estudios observan beneficios como proteger las membranas celulares y en estudios en animales muestra favorecer la circulación sanguínea. Por otro lado, también se ha observado que puede ayudar a reducir el colesterol sanguíneo y tener un efecto protector frente al daño celular por cáncer.

En contraste a esto, la berenjena contiene un tóxico llamado solanina que aparece mucho más en las partes verdes de la planta y en los frutos poco maduros. Lo bueno es que desaparece con el calor y no supone el más mínimo riesgo.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: