La forma en que comemos puede influir en el riesgo de desarrollar cáncer de colon. Una dieta alta en carnes rojas o procesadas, como embutidos, salchichas o tocino, se ha relacionado con un mayor riesgo. También el exceso de frituras y comidas ultraprocesadas puede dañar nuestro intestino a largo plazo.
En cambio, consumir más frutas, verduras, legumbres y cereales integrales ayuda a proteger el colon. Estos alimentos son ricos en fibra, que favorece una buena digestión y ayuda a eliminar sustancias dañinas del cuerpo. Además, tomar suficiente agua y hacer ejercicio todos los días también es clave.
No se trata de seguir dietas extremas, sino de tener buenos hábitos día a día. Comer casero, con menos sal, azúcar y grasa, y más alimentos naturales, es una excelente manera de cuidar tu salud. También puedes aumentar la fibra con complementos naturales como Fluye, multifibra de frutas y vegetales.
Recuerda: una buena alimentación puede ser una gran aliada en la prevención del cáncer de colon.
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