Viajar implica cambios en la rutina, y la alimentación no es la excepción. Para evitar molestias digestivas y mantener la energía, es clave seguir cuatro principios fundamentales.
Primero, elija alimentos conocidos. Evitar ingredientes exóticos o preparaciones inusuales reduce el riesgo de intolerancias o malestares.
Segundo, la hidratación es fundamental. Viajar puede deshidratarlo más rápido, así que priorice agua potable y bebidas seguras.
Tercero, opte por alimentos de fácil digestión. En trayectos largos o destinos con altitudes distintas, es mejor consumir comidas ligeras, evitando grasas y excesos de condimentos.
Finalmente, priorice la seguridad en higiene y conservación. Prefiera alimentos bien cocidos, evite productos de dudosa refrigeración y lávese las manos antes de comer.
Una alimentación adecuada mejora la experiencia de viaje.
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