Migrantes venezolanos cruzan desde Chile por el puesto fronterizo de Santa Rosa en Tacna, Perú. Emergencia no debe ser saludo a la bandera, dijo el presidente José Jerí ante la incursión de los extranjeros. (Foto AP/Miguel Coaquira)
Migrantes venezolanos cruzan desde Chile por el puesto fronterizo de Santa Rosa en Tacna, Perú. Emergencia no debe ser saludo a la bandera, dijo el presidente José Jerí ante la incursión de los extranjeros. (Foto AP/Miguel Coaquira)

Medio centenar de migrantes irregulares burlaron ayer la vigilancia de tres policías en el paso fronterizo con Chile, en la carretera en la línea de la Concordia, a pesar de estar declarado el estado de emergencia, con presencia militar, en ese sector de Tacna.

A gritos y empujones, con mujeres que colocaban por delante a sus hijos, algunos en brazos, venezolanos, colombianos y ecuatorianos corrieron 100 metros hasta el puesto de control fronterizo de San Rosa, adonde recién después se vio más policías.

Como parte de un acuerdo alcanzado en reunión del Comité Binacional de Cooperación Migratorio para abordar la situación en el sur, que confirmó el canciller Hugo de Zela, ya por la tarde los migrantes fueron devueltos a la frontera con Chile, de donde buscan huir ante las amenazas de expulsión por el candidato presidencial ultraderechista José Kast.

Grave

“Si declaramos un estado de emergencia es para que se cumpla; no puede ser un saludo a la bandera”, recalcó el presidente José Jerí, al advertir que permitir ese descontrol en las fronteras “genera una atmósfera de ilegalidad que deriva en otros delitos” y que hará que otros más hagan igual.

Eso mientras choferes de carga pesada revelaron que policías peruanos cobran 100 dólares para permitir el ingreso ilegal de extranjeros. Y carabineros chilenos son sindicados de llevar a migrantes por pasos sin vigilancia para que salgan al Perú.

“Solo hay dos camionetas para patrullar la extensa zona”, indicó el alcalde del distrito fronterizo La Yarada-Los Palos, Samuel Cueva.