El invierno es una estación que trae consigo bajas temperaturas, cambios bruscos de clima y, sobre todo, un incremento de enfermedades respiratorias. Para la mayoría de los niños, esto puede significar algunos días de malestar. Sin embargo, para aquellos que enfrentan el cáncer, el invierno representa un mayor riesgo.

“Los niños con cáncer suelen tener el sistema inmunológico debilitado debido a los tratamientos, como la quimioterapia, la radioterapia o los trasplantes de médula ósea. Esto los hace más propensos a infecciones que pueden desencadenar complicaciones graves. Por eso, es fundamental que los padres estén informados para brindar una protección integral durante esta temporada”, comenta Maricarmen Velandres, gerente de Casa Magia.

A continuación, compartimos una serie de recomendaciones clave para cuidar a un niño con cáncer durante el invierno:

Proteger al niño del contagio en invierno. Los niños con cáncer corren mayor riesgo de contraer algún virus respiratorio. Para cuidarlos, se recomienda evitar el contacto con personas enfermas, restringir las visitas de personas con síntomas, usar mascarilla en espacios cerrados y mantener una buena higiene de manos.

Mantener al día las vacunas. El entorno familiar de un niño con cáncer debe estar protegido. Todos los familiares deben tener sus vacunas al día, especialmente las de la influenza y el COVID-19.

Abrigarlo correctamente. Es importante proteger al niño del frío sin sobreabrigarlo. Usar varias capas de ropa ligera, accesorios como gorros y guantes al salir, y evitar las corrientes de aire en casa sin descuidar la ventilación.

Fortalecer su sistema con buena alimentación. Una buena nutrición refuerza las defensas del niño. Ofrecer alimentos ricos en nutrientes, comidas tibias y fáciles de digerir, además de asegurar una hidratación constante con agua o infusiones suaves. No está de más consultar con su médico tratante.

Mantener una buena higiene en casa. La limpieza del hogar es clave para prevenir infecciones. Desinfectar superficies de uso común, lavar con frecuencia la ropa de cama y la ropa diaria, y ventilar los ambientes a diario.

Reforzar el acompañamiento emocional. El bienestar emocional del niño es tan importante como su salud física, especialmente en épocas de encierro. Mantener rutinas, ofrecer actividades creativas, escuchar con empatía sus emociones y buscar apoyo psicológico si es necesario.

“En esta temporada, el abrigo más importante para un niño con cáncer es el cuidado consciente de quienes lo rodean. Prevenir es un acto de amor. Estar informados y actuar a tiempo puede hacer la diferencia entre una complicación y una recuperación tranquila”, finaliza la gerente de Casa Magia.

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