No hay un tiempo exacto para empezar a vivir juntos, pero sí es importante que la pareja evalúe varios aspectos porque dar este paso cambia mucho la relación. Para que la convivencia sea buena, es importante tener en cuenta estas cosas antes de dar ese paso.

HÁBITOS. Conocer y aceptar los hábitos del otro es elemental. Hablar sobre rutinas y costumbres evita choques inesperados y hace que la convivencia fluya mejor.

FINANZAS. Ser claros con el dinero ayuda a evitar discusiones. Decidir si juntar gastos o manejar cuentas separadas y cómo repartir lo que cada uno debe pagar es necesario.

ESPACIO. Respetar el espacio personal garantiza comodidad para ambos. Cada uno debe tener un lugar para sus cosas y tiempo para estar solo o hacer lo que disfruta.

COMUNICACIÓN. Hablar con respeto y escuchar evita malentendidos. Expresar lo que se siente y pensar en cómo decirlo fortalece la relación.

TAREAS. Repartir las responsabilidades del hogar previene problemas. Para evitar roces, es mejor que cada uno asuma su parte y cumpla con lo acordado con compromiso.

ORDEN. Ponerse de acuerdo sobre limpieza y orden mantiene el hogar agradable. Fijar reglas claras y cumplirlas evita peleas.

SECRETOS. No guardar secretos importantes fortalece la confianza. Compartir lo que pasa en la vida personal ayuda a mantener la sinceridad.

PACIENCIA. Tener paciencia es vital para aprender a convivir. Respetar los tiempos de cada uno ayuda a que todo funcione.

APOYO. Apoyarse mutuamente en las dificultades y celebrar juntos los buenos momentos hace que la relación crezca.

También conviene acordar tiempos a solas para mantener el bienestar personal.

OJO AL DATO. Conocer los hábitos de sueño, limpieza o alimentación del otro antes de convivir ayuda a adaptarse mejor y evita frustraciones que pueden dañar la relación.

TIEMPO. Dedicar tiempo de calidad juntos ayuda a fortalecer la relación. Para que la rutina no apague el vínculo, es importante crear momentos especiales cada semana.

ACUERDOS. Llegar a acuerdos evita discusiones innecesarias. Para vivir en armonía, ambos deben ceder un poco y pactar reglas que respeten lo que cada uno valora.

INTIMIDAD. Cuidar la intimidad fortalece el lazo emocional. Para mantener la conexión, es importante hablar de deseos, necesidades y respetar los tiempos del otro.

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