El body shaming es un fenómeno social que se traduce en críticas y comentarios negativos sobre la apariencia física de otras personas, frente a la imposición de que su aspecto cumpla con estándares de belleza poco realistas. Ese tipo de estigmatización, cuya naturaleza no surge en la salud de la persona, tiene un impacto profundo en la autoestima y el bienestar emocional de quien lo recibe. Por eso, promover un ambiente libre de body shaming requiere reconocer y aceptar la diversidad de cuerpos que existen, sin importar su forma, tamaño, condición, entre otros.

“La verdadera riqueza de nuestra sociedad está en la diversidad y en las características únicas de cada persona. Aceptarnos y respetarnos mutuamente, sin importar nuestro aspecto físico, es clave para construir una comunidad inclusiva y evitar consecuencias como ansiedad, estrés, depresión o trastornos alimenticios”, indicó la psicóloga .

Ladysoft, marca de cuidado femenino, cree en el poder transformador de la autoaceptación y el amor propio, bajo su compromiso con impulsar a todas las mujeres a que se sientan orgullosas de su identidad única y celebren su belleza individual. Frente a esto Massiel Martel,, comparte con nosotros cuatro estrategias que pueden practicarse para promover un entorno libre de body shaming:

  • Fomentar la autoaceptación: Aceptar nuestro cuerpo en todas sus formas es fundamental para desarrollar una autoestima sólida. Esto implica valorar lo que nuestro cuerpo nos permite hacer tal como es y reconocer que cada característica tiene valor y significado, sin tener que ajustarse a estándares sociales. En el mundo digital, seguir referentes positivos puede contribuir con este camino.
  • Crear un entorno de apoyo y respeto: Rodearnos de personas que valoren nuestras cualidades más allá de lo físico contribuye a construir relaciones saludables. Además, evitar hacer comentarios sobre tu propio cuerpo y el de los demás, así como establecer límites frente a comentarios negativos, es esencial para reducir el impacto del body shaming.
  • Educar sobre la diversidad corporal: La educación es clave para entender que la diversidad en la apariencia humana es natural y valiosa. Fomentar conversaciones abiertas sobre los diferentes tipos de belleza ayuda a crear una cultura inclusiva y respetuosa.
  • Buscar apoyo profesional: Si el body shaming afecta tu salud emocional o mental, es importante buscar ayuda profesional. La terapia puede ofrecerte herramientas para mejorar la relación con tu propio cuerpo, ser amable contigo y reducir el impacto de los comentarios externos.

Fomentar la aceptación y el respeto por la diversidad corporal contribuye a una sociedad más inclusiva, donde cada persona puede sentirse valorada y segura. A través de la educación y el apoyo mutuo, podemos construir un entorno libre de prejuicios, donde el bienestar y la autoestima florezcan para todos.

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