En Perú, la tasa de divorcios se triplicó en solo cuatro años, pasando de dos a siete por cada 100 matrimonios, según RENIEC. Este cambio afecta especialmente a los hijos, que muchas veces quedan con padres que ya no viven juntos. Mantener un vínculo fuerte con ellos se vuelve un reto importante.
La psicóloga María Elena Escuza, directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, explica que no es la cercanía física lo que importa, sino la calidad del vínculo emocional. Por eso, recomienda cuidar ese lazo con acciones que refuercen la relación.
DIÁLOGO SINCERO. No se trata de hablar por compromiso, es importante mostrar interés genuino por su mundo. Que pregunten sobre sus amigos, juegos o preocupaciones y escuchen con atención y sin prisa.
TIEMPO DE CALIDAD. Aunque sea poco tiempo, que sea real y presente. Unos minutos jugando o conversando con atención valen más que horas sin conexión emocional.
RELACIÓN SANA. Es importante mantener el respeto entre los padres. Evitar peleas frente a los niños y acordar reglas claras en ambos hogares para que ellos se sientan seguros.
DEMOSTRAR CARIÑO. Expresar amor a los hijos con palabras y acciones. Validar lo que sienten y asegurarles que siempre podrán contar con ambos padres, aunque vivan en hogares diferentes.
CONFIANZA. Hágale saber a sus hijos que sepan que siempre pueden contar con su ayuda, aunque no estén bajo el mismo techo. Mantener el contacto y estar presentes les da mucha seguridad y calma.
OJO AL DATO. Los niños pueden sentir miedo a quedarse solos, culpa por la separación y ansiedad por los cambios en su vida diaria. Todo esto les genera incertidumbre.
EJEMPLO. Los niños aprenden más de lo que ven que de lo que escuchan. Manejar las emociones con calma les enseña que los problemas se pueden solucionar.
RESPETO. Evitar usarlos para enviar mensajes entre los padres o hablar mal del otro, porque eso solo genera confusión en ellos y los pone en una posición complicada.
RUTINAS. Compartir momentos juntos, aunque sea por video o llamadas, ayuda mucho a que se sientan cerca y protegidos. Eso les da una sensación de estabilidad y apoyo constante.
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