El papa Francisco sufrió ayer una crisis “aislada” de broncospasmo y un “repentino” empeoramiento de su cuadro respiratorio, aunque ha respondido “bien” a la terapia, informó la Santa Sede.
“El Santo Padre en la tarde de hoy (ayer), tras una mañana haciendo fisioterapia respiratoria y en oración en la capilla, ha presentado una crisis aislada de broncospasmo que ha determinado un episodio de vómito con inhalación y un repentino empeoramiento del cuadro respiratorio”, precisa el boletín del Vaticano.
Los médicos necesitarán entre 24 y 48 horas para evaluar cómo le afectará esta crisis de broncoespasmo, que es una contracción anómala de los músculos que rodean los bronquios, lo que provoca un estrechamiento de las vías respiratorias y dificulta la entrada y salida de aire en los pulmones.
Con respirador mecánico
El papa fue sometido “de inmediato a una broncoaspiración y se inició ventilación mecánica no invasiva (no está entubado) con una buena respuesta en los intercambios gaseosos”, según el Vaticano.
Las mismas fuentes admiten que, según los médicos, personas que han sufrido episodios similares han tenido consecuencias peores.
El pontífice, de 88 años, ha estado “siempre lúcido y orientado” y “colaborando con las maniobras terapéuticas”. Y en su décimo quinto día hospitalizado en Roma ha recibido la Eucaristía.
Gobernantes y fieles católicos de todo el mundo han elevado sus oraciones por su pronta recuperación.