“Las deportaciones (de migrantes indocumentados) van bien”, afirmó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al arribar ayer a Carolina del Norte. Luego subrayó que las autoridades estadounidenses “están expulsando a todos los peores criminales”.
Es que horas antes las autoridades estadounidenses arrestaron a 538 migrantes y deportaron a cientos en una operación masiva, según informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
Entre los intervenidos están Luis Alberto Espinoza-Boconsaca, que fue detenido en Buffalo el 23 de enero y había sido condenado por violación, y Cristofer Alexander Ramírez Olivia, detenido el mismo día en St. Paul y condenado por conducta criminal sexual con un menor.
Un primer vuelo con 79 personas, 31 mujeres y 48 hombres, todos mayores de edad, arribó en la madrugada de ayer a una base de la Fuerza Aérea de Guatemala desde Laredo, Texas.
“Estas personas fueron registradas y recibieron alimentación, vestimenta, kits de higiene y, en algunos casos, apoyo psicosocial y acceso a llamadas telefónicas, entre otros servicios básicos”, informó El Instituto Guatemalteco de Migración.
Las deportaciones se hacen en aviones militares, a diferencia de los aviones rentados por su antecesor Joe Biden.
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Cumple su palabra
“Han comenzado los vuelos de deportación. El presidente Trump está enviando un mensaje fuerte y claro al mundo entero: si ingresa ilegalmente a los Estados Unidos de América, enfrentará severas consecuencias”, añadió Leavitt en un comentario en X.
Se detalló que entre los arrestados está un sospechoso de terrorismo, cuatro miembros del grupo criminal venezolano Tren de Aragua, y varios ilegales acusados de crímenes sexuales.
“Este es un pequeño adelanto del trabajo de la Administración Trump para dar seguridad a las fronteras de nuestra nación”, precisó otro mensaje en X de la Casa Blanca.