La pulpa y el jugo de limón son los que más se utilizan, mientras que la cáscara suele desecharse. Sin embargo, estudios han demostrado que la cáscara de limón está llena de numerosos beneficios para la salud. Contiene una gran cantidad de fibra y vitamina C.
La vitamina C en la cáscara de limón actúa como un poderoso antioxidante y también promueve la salud inmunológica. Además, cuenta con pequeñas cantidades de calcio, potasio y magnesio. Un estudio de laboratorio determinó que la cáscara de limón tiene una actividad antioxidante más fuerte que la cáscara de pomelo o mandarina.
El D-limoneno, un compuesto que le da al limón su aroma característico, también se encuentra en la cáscara y es responsable de muchos de los beneficios para la salud. El D-limoneno puede tener propiedades anticancerígenas, específicamente contra el cáncer de estómago. Un estudio mostró que este compuesto ayudó a eliminar las células cancerosas del estómago. De manera similar, un estudio de 52 semanas en ratas observó que diferentes concentraciones de D-limoneno inhiben el cáncer de estómago al aumentar la tasa de muerte de las células mutadas.
Las caries dentales y las infecciones de las encías son enfermedades bucales comunes causadas por bacterias como Streptococcus mutans. En un estudio, los investigadores identificaron cuatro compuestos en la cáscara de limón que tienen poderosas propiedades antibacterianas y combaten enfermedades orales. Además, en otro estudio de laboratorio se encontró que el extracto de cáscara de limón combate la actividad de Streptococcus mutans, y que las dosis más altas son más efectivas. La cáscara de limón posee propiedades antimicrobianas y antifúngicas, y se ha observado que el extracto combate Candida albicans.
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