Durante los cinco días que duraron las exequias del papa Francisco, miles de fieles católicos llegaron hasta el Vaticano para darle el último adiós. Ayer sábado, un centenar de líderes mundiales asistieron al funeral del santo padre, cuyos restos ya descansan en la Basílica de Santa María la Mayor. Presidentes como Donald Trump, quien no cumplió el protocolo de vestir de negro, y Volodímir Zelensky participaron de la ceremonia fúnebre, donde se recordó que el papa Francisco siempre elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez y la negociación honesta en lugar de la guerra. Son muchas las lecciones que el llamado “papa de los pobres” dejó en vida. Durante el recorrido camino a su destino final en la tierra, los fieles pedían en carteles que se declare santo al papa Francisco, una idea que no resulta descabellada. Solo el tiempo y los milagros determinarán si Francisco llegará a subir a los altares de la iglesia. Por ahora, nos queda su ejemplo de vida y piedad con los más necesitados.