En los últimos años, en el Congreso hemos visto casi de todo. Ahora, a los violadores, “mochasueldos”, delincuentes, gestores de intereses turbios, buenos para nada y sinvergüenzas se suma la inclasificable congresista de Perú Libre María Agüero, quien se ha convertido en una defensora del “honor” de la brutal narcoterrorista conocida con el alias de “Vilma”, quien es lugarteniente del cabecilla Víctor Quispe Palomino, alias “José”. Quizá por andar más pendiente de sus dos casas en Estados Unidos, esta “izquierdista”, que se dice “revolucionaria” y es escudera del corrupto Vladimir Cerrón, es la nueva vergüenza del Congreso. No le interesa que la mencionada delincuente haya acabado con la vida de civiles inocentes y que sea la cruel asesina hasta de niños en el VRAEM que se niegan a ser parte de su banda criminal. Sus palabras son una patada a las víctimas y los deudos de quienes han caído en esa zona del país, pero qué se puede pedir a esta señora. Mejor tomar todo esto como de quien viene.