Las lluvias aparecieron con fuerza en el interior del país, incrementando el caudal de los ríos. Esta situación natural, que año a año se repite, viene causando preocupación entre la población ante posibles desbordes. Las lluvias también elevan el riesgo de activación de quebradas, causando los temibles huaicos, que arrasan con todo a su paso. Aunque este panorama es desolador, lo cierto es que son situaciones cuyas consecuencias se pueden prevenir. ¿Cuántos municipios han realizado trabajos de descolmatación en el cauce de los ríos Rímac y Chillón? ¿Las autoridades ya dieron el mantenimiento respecto a las geomallas ubicadas en Chosica que en su momento resistieron la caída de huaicos, pero que requieren de una urgente limpieza para seguir cumpliendo su función? La cultura de la última hora podría jugarnos una mala pasada. No esperemos a que la desgracia pase para recién poner manos a la obra. Es mejor prevenir que lamentar la pérdida de lo más valioso que es la vida.