¡Habla, sobrino! Esta semana hay feriado por el Día del Trabajador, y mientras algunos pueden descansar, otros siguen luchándola en la calle. Si hay alguien que la tiene más difícil ahora, son los jóvenes. Es realmente preocupante que este año se hayan perdido 120 mil puestos de trabajo para ellos.
Y no es solo que falte chamba. Muchos de los que sí logran encontrar algo terminan en trabajos mal pagados, sin contrato ni protección social. A mí no me lo han contado: ya lo he vivido y he sido testigo de cómo la falta de oportunidades puede truncar sueños. Si no se abre camino ahora para los jóvenes, ¿cómo esperamos que saquen adelante al país?
Lo que hace falta es darle valor al esfuerzo. Que se apueste por los jóvenes en serio, con opciones que les sirvan de verdad y dándoles herramientas. Además, capacitación con los pies en la tierra, donde lo que aprendan les sirva para ganarse la vida dignamente. Y es que, sobrino, ganas sobran, pero no alcanzan si no tienen con qué construir su camino.
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