¡Habla, sobrino! En los últimos meses, la situación de la chamba en el país parece que va mejorando. Ya somos 17.6 millones con chamba. Pero no todos la están pasando tan bien. Los jóvenes son los más perjudicados, porque les está costando conseguir oportunidades de trabajo.

Solo este año se perdieron 27 mil empleos para menores de 25. Y lo más bravo es que más de 1.6 millones de jóvenes ni estudian ni trabajan. No porque no quieran, sino porque no encuentran las oportunidades. Si no hacemos algo, ese montón de talento desperdiciado nos va a pasar factura.

¿Qué hacer? Primero, necesitamos que la economía se reactive de verdad. Cuando hay inversión privada, se abren empresas, se mueven los mercados y se crea chamba formal. Pero con eso no alcanza. Hay que meterle punche a políticas específicas para jóvenes. No se trata de darles caridad, sino de darles herramientas para que despeguen.

Porque sin jóvenes con futuro no hay país que avance. ¡Más inversión, más chamba y más oportunidades reales para todos, sobrino!

con inteligencia!

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