Habla, sobrino. Seguro has escuchado hasta el cansancio que hemos tenido ocho presidentes en los últimos diez años. Eso no es casualidad y demuestra que vivimos en incertidumbre, además de contar con instituciones débiles.

¿Y cómo nos afecta? En servicios como salud, educación o seguridad, que dejan mucho que desear. Lo peor es que ya ni sabemos a quién exigirle, porque los ministros cambian constantemente. Desde el 2021 hay un ministro nuevo cada siete meses, y en el Ministerio del Interior, que debería ser firme para enfrentar la inseguridad, cambian de jefe cada cuatro meses. Así no juega Perú.

Esta incertidumbre nos impide avanzar, sobrino. Mientras el país va de crisis en crisis, los problemas persisten: la inseguridad crece, la pobreza no cede, los niños siguen con anemia y los servicios públicos no dan la talla. Todos estamos en el mismo barco, sobrino. Por eso, más que enfocarnos en nombres o cargos, debemos lograr que se respeten las reglas, que funcionen las instituciones y que el Estado atienda a quienes más lo necesitan.

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