Muchas personas recurren a laxantes fuertes para solucionar el estreñimiento, pero se desaconseja el uso de los sintéticos. Cuando la dieta y el ejercicio no son suficientes, se pueden emplear remedios naturales

La compota de manzanas y ciruelas mejora el estreñimiento, pero debe consumirse de forma regular. Se prepara cortando varias manzanas en trozos gruesos y cociéndolas hasta que estén tiernas junto con un poco de agua, miel y corteza de limón, además de agregar una cantidad igual de ciruelas secas. También se pueden incluir higos secos si se desea. La compota puede conservarse varios días en el refrigerador. Aporta una buena cantidad de pectina, fibra soluble de la manzana, y los elementos laxantes de las ciruelas y los higos, siendo un alimento de sabor agradable.

Entre los laxantes mecánicos útiles están los derivados de la zaragatona (Plantago ovata) y fibras dietéticas especiales como el glucamanano (Amorphophallus konjac), que suelen presentarse en forma farmacéutica, pero que en esencia no son más que fibra dietética. Por ello, resulta absurdo tomar fibra en presentación farmacéutica y no incluirla en la dieta a través de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, incluyendo el salvado, y frutos secos.

Los laxantes osmóticos irritan la mucosa digestiva y provocan una secreción de jugos intestinales que estimula la defecación, un proceso similar al que ocurre en la diarrea inflamatoria. Entre estos laxantes se encuentran las especies vegetales del género Cassia, especialmente la caña fístula (Cassia fistula), de la cual se utiliza su pulpa dulce o una infusión de la caña entera machacada. También está la cáscara sagrada (Rhamnus purshiana). Ambas plantas son ricas en antraquinonas, sustancias laxantes por excelencia, pero su uso frecuente puede provocar el síndrome del intestino perezoso, que hace que el intestino solo funcione bien con laxantes. TE PUEDE INTERESAR: