Por lo general, los padres tienen la buena intención de alimentar bien a sus hijos, pero a veces no saben cómo hacerlo. Aquí te comparto una guía rápida de una buena alimentación.

1. Evitar servir el desayuno del comercial de tv. Desafortunadamente, las opciones comerciales de desayuno generalmente contienen demasiada azúcar innecesaria y, a menudo, carecen de nutrientes. Un buen desayuno es avena, quinua, kiwicha, fruta, pan integral con palta.

2. Darles un pobre snack. Galletas dulces y saladas y barras para niños pueden satisfacer sus preferencias de sabor, pero no los llenarán ni apoyarán su desarrollo. Un yogurt sin azúcar con granola o frutos secos son excelentes snacks.

3. Obligarlos a comer. Con las mejores intenciones, los padres intentan que sus hijos coman un poco más. Especialmente si su niño pequeño no quiere comer. De lo que no se dan cuenta es que presionar a los niños para que coman más puede provocar problemas de peso y estrés.

4. No darle importancia a la alimentación. Es fundamental que el niño aprenda a tener una relación sana con la comida. Es clave que la familia se reúna para comer junta, al menos una vez al día. Puede ser en la cena, que participen en la cocina, aprendan juntos de dónde vienen los alimentos, cómo se cultivan, etc. Que agradezcan por el plato que hay en la mesa.

5. Que no mastiquen lo suficiente. Ya lo he dicho varias veces, mucha gente traga, no come. Es en la boca donde la comida se tritura y se mezcla con saliva, luego continúa en el estómago que secreta ácido y amasa la comida. Continúa en el intestino delgado bajo la influencia de sales biliares y jugos pancreáticos y termina en el colon donde las bacterias completan la digestión.

Evitar estos errores y fomentar una alimentación equilibrada desde una edad temprana contribuirá al crecimiento y desarrollo saludables de los niños.