La salud mental de la mujer puede verse afectada por múltiples factores a lo largo de su vida. El estrés crónico, la sobrecarga de responsabilidades, la violencia, la discriminación y los cambios hormonales (como en el embarazo, el posparto o la menopausia) son factores que pueden aumentar el riesgo de ansiedad o depresión. Además, la presión social por cumplir ciertos roles o estándares también afecta la autoestima.
Sin embargo, hay factores que protegen la salud mental: contar con una red de apoyo emocional, tener vínculos sanos, disponer de tiempo para una misma y poder expresar las emociones sin juicio.
Mantener hábitos como una alimentación equilibrada, descanso adecuado, actividad física regular y pedir ayuda profesional cuando es necesario fortalece el bienestar psicológico.
Cuidar la salud mental no es debilidad: es una forma de vivir con más equilibrio.
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