Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Laura, de 32 años, que nos escribe desde Miraflores.
Doctora Magaly, últimamente mi relación con Mario se siente más como una convivencia de compañeros de cuarto que de pareja. Antes compartíamos risas, planes y detalles del día a día, pero ahora parece que solo coincidimos en la casa, sin conectarnos realmente. Cada uno hace sus cosas y hablamos poco sobre lo que sentimos o queremos.
Trato de mantener la casa en orden, planear salidas y crear momentos agradables, pero a veces siento que mis esfuerzos pasan desapercibidos. La conversación se limita a lo práctico: quién cocina, quién lava, quién hace compras. Me duele que la relación se haya reducido a tareas y obligaciones y que los momentos de complicidad sean tan escasos.
A veces siento que evito ciertos temas para no generar discusiones, y eso me hace sentir frustrada y sola. Me gustaría que pudiéramos volver a apoyarnos emocionalmente, escuchar nuestras preocupaciones y celebrar juntos los pequeños logros, como antes.
Cuando propongo algo diferente, a veces lo interpreta como crítica o muestra indiferencia. Siento que ya no hay curiosidad por saber cómo fue nuestro día ni ganas de compartir experiencias.
Me preocupa que esta distancia emocional cree un vacío difícil de recuperar si no buscamos formas de reconectar y comunicarnos con más apertura y atención mutua. ¿Qué me aconseja hacer para recuperar la cercanía y volver a sentirnos conectados como antes?
CONSEJO
Laura, trata de reconectar con Mario desde la curiosidad, evitando reproches o quejas. Habla de lo que te hace sentir bien a su lado y propongan juntos momentos diarios para conversar o realizar pequeñas actividades que disfruten. Gestos simples y constantes, como preguntarse por el día, abrazos inesperados o reír juntos, pueden devolver la complicidad. Suerte.




