Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Carmela, de 48 años, que nos escribe desde Surquillo.
Doctora Magaly Moro, le escribo porque necesito que me aconseje. No sé qué hacer con mi suegra. Hace dos meses doña Eugenia se vino a vivir a nuestra casa y puso de cabeza todo, al punto que estoy pensando seriamente en pedirle el divorcio a Geroncio.
No piense que siempre tuve una mala relación con ella, por el contrario, nos llevábamos bien, quizá porque no nos veíamos con frecuencia, ya que ella vivía en Piura. Sin embargo, cuando enviudó mi marido la trajo a vivir a nuestra casa porque no quería dejarla sola en el norte.
Doña Eugenia tiene tres hijos, dos mujeres y mi esposo que es el menor. Mis cuñadas viven en España. Como Geroncio es el engreído de mi suegrita, aceptó encantada que venga a vivir con nosotros.
Al principio todo marchaba bien, hasta que la doña se metió en la forma cómo organizo mi casa. Mi esposo y yo trabajamos, así que nos repartimos las responsabilidades del hogar y el cuidado de nuestros dos hijos. Nos turnamos para cocinar, lavar la ropa y limpiar la casa. Esta dinámica no le gustó a mi suegra, porque dice que la mujer debe atender al marido y cuidar de la casa y los hijos.
Cada vez que Geroncio realiza los quehaceres, mi suegra me llama desconsiderada y mala esposa. Harta estoy, doctora Magaly, de sus críticas y mala cara.
Estoy a punto de pedirle a Geroncio que mande a su madre a España con sus hijas, porque si ella sigue en mi casa seré yo la que se tenga que ir. ¿Usted cree que exagero?
CONSEJO
Querida Carmela, debes tranquilizarte y no tomar decisiones con la cabeza caliente. Entiende que para Geroncio debe ser difícil estar entre tú y su madre. Habla con tu esposo para que sea él quien haga respetar tu posición. Ponerte en contra de tu suegra solo hará más complicada la convivencia. Con diálogo y paciencia encontrarás una solución. Suerte.