Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Norma, de 24 años, quien vive en el distrito de San Juan de Lurigancho.
Doctora Moro, soy una fiel lectora de su columna desde hace varios años y nunca pensé que necesitaría de su consejo para tomar una decisión con respecto a mi vida amorosa.
Le comento que tengo una relación con Juan Antonio, un joven muy apuesto que conocí hace tres años en la universidad. Actualmente tenemos diez meses de enamorados y, desde que empezamos a salir, nuestro romance se ha basado en las salidas culinarias. Nos encantaba conocer nuevos restaurantes y probar sus platos estrellas. Muchas veces bromeábamos diciendo que la comida rápida nos unía.
Debido a eso, subí siete kilos. Mis amigos, que me veían después de tiempo, me decían que parecía embarazada. A raíz de ese incremento de peso, desde noviembre del año pasado decidí cambiar mi estilo de vida. Dejé la comida grasosa por ensaladas e incluso me matriculé en el gimnasio. Empecé con ese cambio de vida y, por lo tanto, le pedí a mi enamorado que dejáramos nuestro tour culinario de comida chatarra.
Al inicio aceptó, pero luego de dos semanas me empezó a recriminar que estaba harta de comer solo vegetales conmigo. Doctora, increíblemente, esto nos está trayendo muchas peleas. Me gusta mucho, pero me da cólera que no me apoye con esto. ¿Cómo hago?
CONSEJO
Estimada Norma, entiendo tu preocupación. Es importante que tu pareja respete tus decisiones personales, como el cambio de hábitos para mejorar tu salud. Hablen sinceramente sobre cómo este cambio te hace sentir y busquen un punto medio. Tal vez puedan probar juntos opciones de comida más saludables sin perder la esencia de disfrutar de la gastronomía. La comprensión mutua es clave.