Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Carla de 27 años de Surco.
Doctora Moro, estoy bastante frustrada y triste. Llevo casi dos años con mi pareja, y últimamente siento que no existo cuando estamos juntos. Mi flaco no suelta el celular ni un segundo, ni siquiera cuando salimos a pasear o cenar. Antes me parecía solo un hábito, pero ahora siento que su atención está en otro lado, no en mí.
He intentado decirle que me molesta, que me gustaría que estemos más presentes cuando compartimos tiempo, pero me responde que solo revisa cosas importantes o mensajes de trabajo. Me duele porque siento que no le importo como antes, que su celular se ha vuelto un tercero en nuestra relación.
Esto me genera mucha inseguridad, me pregunto si es que ya no le intereso o si algo anda mal entre nosotros. A veces termino revisando yo también su teléfono para ver si me oculta algo, y sé que eso no está bien, pero es la desconfianza la que me gana. Quiero confiar, pero me cuesta.
No quiero que este tema arruine lo que hemos construido, pero necesito que él entienda que también merezco su tiempo y atención sin interrupciones digitales. Me encantaría recuperar esa conexión sin pantallas ni distracciones que nos separen.
Doctora, ¿cómo puedo hacer para que comprenda lo que siento sin sonar exagerada? ¿Es posible que mejoremos y volvamos a disfrutar juntos sin la presencia constante del celular? Necesito consejos para manejar esta situación.
CONSEJO
Estimada Carla, es normal sentirse ignorada cuando la atención se desvía tanto al celular. Lo mejor es hablar claro y en un momento tranquilo, sin reproches. Propón establecer momentos sin dispositivos, donde solo estén ustedes dos. También es bueno que cada uno entienda cómo su uso afecta al otro. Eso ayuda a fortalecer la relación sin que parezca que la estás controlando.