Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Piero, de 39 años, que nos escribe desde Independencia.
Señora Moro, me siento muy decepcionado y con un dolor profundo que me afecta en el día a día; paso casi todo el tiempo en cama. Esto comenzó cuando me enteré de que mi expareja y madre de mi hija está coqueteando con varios amigos míos. Según ella, yo la engañé porque encontró un mensaje de una compañera de trabajo que decía que yo le gustaba, pero le respondí que estaba felizmente comprometido. A pesar de eso, Lorena, que es muy celosa, me acusa de haber borrado el mensaje y asegura que he tenido algo con esa mujer.
No entiendo su actitud y me duele mucho. Ella terminó conmigo, y poco después, algunos amigos, con temor, me contaron que ella hablaba en tono coqueto con ellos. Incluso un amigo del grupo de juego me confesó que también chatea con ella, y descubrí que varios conocidos tienen contacto diario con ella, no de forma amistosa. Esto me ha dejado dolido, confundido y avergonzado.
Ya no quiero nada con ella como pareja, pero me duele el papelón que está haciendo y que me hace pasar. Siento que mi corazón está roto y no sé cómo superar esta traición y desilusión. Me siento atrapado y no encuentro cómo sanar.
Por eso, le pido su consejo, señora Moro. Necesito saber cómo enfrentar esta situación y seguir adelante sin que el dolor me paralice. Quiero cuidar mi bienestar emocional y el de mi hija, sin que el resentimiento destruya lo poco bueno que queda. ¿Qué puedo hacer para recuperar la paz?
CONSEJO
Estimado Piero, ahora lo que más importa es que te cuides a ti y a tu hija. Acepta que la relación terminó y dedica tiempo a sanar tus heridas. Evita peleas que solo aumentan el dolor y la confusión. Busca apoyo en tus amigos, familia o un profesional que te ayude a ordenar tus pensamientos y recuperar la confianza. Así podrás avanzar con más tranquilidad y claridad.