Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Martha, de 56 años, quien vive en el distrito de Puente Piedra.

Doctora Magaly, estoy viviendo una pesadilla. Pensé que tenía el matrimonio perfecto, pero hace unas semanas descubrí que mi esposo ha llevado una doble vida durante 10 años. Siento que todo lo que construí al lado de Juan se ha roto en mil pedazos.

Llevamos 30 años de casados y tenemos tres hijos. Mi esposo era un padre ejemplar y un marido maravilloso, o al menos eso pensaba. Nunca hizo algo que me hiciera dudar de su fidelidad. Es más, nuestra vida íntima era perfecta en todos los aspectos. Podría pensar que si tenía otra mujer ya no quisiera nada conmigo, pero nunca fue así. Juan siempre me cumplió, era un hombre vigoroso.

Usted se preguntará cómo descubrí su engaño. Mi esposo falleció de un infarto el pasado 5 de enero cuando jugaba fútbol con sus amigos. Sufrió un paro cardiaco fulminante. Sentí que el mundo se venía abajo. Había perdido al amor de mi vida de un momento a otro.

Durante el velorio una mujer se apareció con dos pequeños, un niño de 8 y una niña de 5 años, diciendo que eran hijos de Juan. Casi me muero. Junté las pocas fuerzas que tenía y boté a esa mujer de mi casa.

Días después, la fulana volvió a buscarme, pero esta vez trajo las partidas de nacimiento de sus hijos donde efectivamente mi marido los había reconocido, y me exigía la parte que le corresponde de la herencia de mi marido. Mi esposo dejó algunas propiedades y una empresa textil de la cual ambos somos dueños.

Doctora, sé que esos niños no tienen la culpa de nada, pero la empresa y las propiedades son solo mías; trabajé mucho y no estoy dispuesta a compartir con nadie que no sean mis hijos. ¿Usted cree que hago mal?

CONSEJO

Querida Martha, imagino la decepción que habrás sentido al enterarte que tu esposo tenía una doble vida. Lamentablemente él ya no está para que responda por sus actos, pero tú tampoco puedes negarles sus derechos a esos dos niños que no tienen la culpa de nada. Te aconsejo que te asesores bien con un abogado para que te oriente cómo actuar en estos casos. Suerte.