Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.

El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.

Hoy te cuento la historia de Mariela, de 25 años, que nos escribe desde Surquillo.

Doctora Magaly Moro, le escribo porque necesito de su consejo. Hace seis meses empecé a salir con Renato, un vecino de mi cuadra.

Es el hombre casi perfecto para mí. Es fornido, guapo y baila salsa de una manera maravillosa. Me encanta. Hasta en la intimidad es increíble, nos entendemos muy bien con solo mirarnos. Su único defecto es que es tacaño.

Cuando le digo para ir al cine un fin de semana, me dice que mejor vayamos un martes que es dos por uno. Si deseo ir a cenar a un restaurante bonito, me dice que mejor vayamos al mercado de Surquillo, que ahí cocinan riquísimo y más barato.

Doctora, yo no pido que Renato me lleve a comer a Central, pero me gustaría tener una cena romántica al menos en un chifa de la Calle Capón. Pero no, él con su afán de ahorrar hasta en lo más mínimo, solo me invita a comer hamburguesas y pollito broaster al puesto de la esquina de mi casa.

Yo estoy enamorada de él, pero no me gusta que sea tan tacaño. Él tiene un buen trabajo y yo no soy una interesada, pero creo que, si ambos tenemos un sueldo, podemos darnos algunos gustitos como pareja. Las veces que hemos salido a comer a un buen lugar es porque yo le he invitado o hemos pagado a medias.

Doctora, usted cree que debería terminar con él porque si desde ahora es tan tacaño, no me quiero imaginar cómo sería si nos fuéramos a vivir juntos. ¿Qué hago?

CONSEJO

Querida Mariela, debes analizar muy bien tu relación con Renato. Habla con él y dile que no debería ser tan tacaño. Tal vez él ha sufrido carencias económicas y por eso es tan ahorrativo. Dile que ahorrar no está mal, pero también deberían destinar un porcentaje de sus gastos para darse esos gustitos que a ti te gustaría tener con él. Suerte.