Hola, soy Magaly Moro y leo todos los días tu caso del corazón para darte un consejo. Siempre protejo la identidad de las personas que me escriben porque esta historia podría ser la de cualquiera.
El amor nos impulsa a ser mejores personas, pero también nos puede cegar y poner contra la espada y la pared. En este espacio recibirás un consejo, el consejo de una amiga anónima. Ojo, esto no es una terapia. En muchos casos sí es importante recurrir a una, ya sea solo o en pareja.
Hoy te cuento la historia de Rodrigo, de 34 años, que nos escribe desde San Juan de Lurigancho.
Rodrigo (34, San Juan de Lurigancho). Doctora, estoy en una situación complicada y no sé bien cómo manejarla. Hace unos meses conocí a Lucía, una mujer encantadora, con una personalidad arrolladora y un físico que no pasa desapercibido. Desde el primer día supe que me gustaba mucho, pero también noté algo que preferí ignorar: siempre tenía una copa en la mano.
Nos conocimos en una reunión de amigos, y desde entonces empezamos a vernos seguido. Todo iba muy bien, pero noté que cada cita giraba en torno a bares, discotecas o eventos donde el trago no faltaba. Incluso una vez le propuse tomar un café tranquilos y me respondió en tono de burla: “¿Y ese plan tan triste? ¿Alguien se murió?”. Me hizo reír, pero también me dejó pensando.
La verdad es que Lucía toma bastante. No me gusta etiquetarla, y aunque algunos amigos ya me advirtieron que “bebe como si no hubiera mañana”, me cuesta usar palabras como “alcohólica” porque me suenan duras, y ella me parece una persona increíble. Sin embargo, su forma de beber está empezando a afectarnos. Yo no puedo seguirle el ritmo, ni emocionalmente ni en estilo de vida.
Llevamos tres meses juntos, y aunque me siento muy atraído por ella, no sé si esta relación puede funcionar a largo plazo. Me duele pensar en dejarla, pero tampoco quiero quedarme atrapado en algo que me está desgastando. ¿Usted qué haría en mi lugar, doctora?
CONSEJO
Estimado Rodrigo, el cariño no debe eclipsar las señales de alerta. Si el consumo de Lucía ya afecta tu paz, es momento de poner límites. Nadie cambia si no reconoce que hay un problema. A veces, el amor nos lleva a justificar lo que duele. Pregúntate si estás eligiendo desde un amor sano o desde la esperanza de que ella cambiará. Suerte.